¿Se puede aprender a dibujar?

Cuando comenzaba mis charlas o clases con los alumnos de menor edad, siempre me gustaba recordar que el dibujo es una de las prácticas más antiguas del género humano, como hemos podido ver en las cavernas prehistóricas, reproducciones de la naturaleza visible que rodeaba al artista de aquella época.

La práctica del dibujo siempre la iniciamos a corta edad, mostrando nuestros resultados incluso sin haber tenido ninguna enseñanza. Todos recordamos nuestros dibujos infantiles con paisajes, casas y personas de simples trazos.

Algunos gozan de actitudes innatas para el dibujo, otros aspiran a esa actitud y tienen afición, pero les cuesta llegar a realizar sus dibujos con la confianza necesaria de haber hecho un buen trabajo, en este punto, tiene que aparecer la figura del profesor o educador que observe, explique, corrija y anime a su alumno a continuar con la práctica del dibujo, pidiéndole que no se desanime, que acepte los errores como parte del proceso de evolución, que ponga todo su entusiasmo, dedicación y paciencia en el aprendizaje.

Algunos alumnos consideran que no pueden aprender, esto no lo puede par por hecho, con esfuerzo y con una práctica constante se puede conseguir la soltura necesaria para realizar dibujos de calidad. Quien promete a su alumno que aprenderá sin esfuerzo, le estará engañando.

El dibujo es un proceso en el que participa la vista, la mente y la mano, es la técnica básica de la pintura, dominando la forma y el volumen nos permite hacer cualquier obra. Durante el proceso de creación de mis obras, en cualquiera de los materiales que utilizo, continuamente estoy dibujando las formas y volúmenes que dan el resultado de la imagen que estoy realizando.

El dibujo es algo que todo artista tiene siempre que dominar profundamente en todas sus aplicaciones y desde el primer momento.

¿Qué haces ahí parado? Empieza a practicar con entusiasmo, dedicación y paciencia. ¡Tú puedes conseguirlo!

Roberto Nombela